Isabel I

  


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Isabel I

Isabel I

 

La reina que cambio la historia de su país y de Europa, nació en Greenwich el 7 de Septiembre del 1533, hija de Enrique VIII y de Ana Bolena y justamente por esa razón, pocas semanas después de la ejecución de la madre acusada de adulterio, el 1º de julio del 1536, fue declarada ilegitima. Transcurrió la mayor parte de su infancia junto con el hermanastro Eduardo, en Chelsea, en la casa de Caterina Parr sexta mujer de su padre, recibiendo una muy buena educación que conllevaba el aprendizaje del latín griego, italiano y francés. Su salud fue enfermiza desde la infancia. La actitud prudente que Isabel tuvo durante el reino de su hermana Maria (llamada la Sanguinaria, Bloody Mary), la salvo de fáciles retorsiones y cuando subió al trono en el noviembre del 1558 fue aclamada por todas las facciones y por los ciudadanos. Tenia solamente 25 años, una mujer de media estatura, una gran melena pelirroja y unas manos (cuentan los cronistas de la época) muy bonitas.  Tenía un temperamento fuerte y volitivo que la ayudaba a superar sus precarios estados de salud.

Durante su primer año de reino, Isabel logro arreglar los negocios religiosos ingleses de muchos años  heredados por el padre y adopto una previsora política exterior que se caracterizaba por dos aspectos: exploraciones y fundaciones de las primeras colonias ingleses y guerra contra España. En 1587 termina la larga y atormentada vicisitud religiosa-política con Maria Estuardo (Mary Stuart). Después de un enésimo tentativo de rebelión y con la acusación de haber participado a una conspiración para asesinar a Isabel, Maria fue sometida a un verdadero juicio y condenada a muerte, ejecutada el 8 de Febrero del 1587 por decapitación. Isabel enseño en este caso su aspecto peor de mujer sin escrúpulos y tan hipócrita que llevo el luto por la victima, a ella vinculada por cuestiones parentales (el padre de Maria era primo de Isabel). Maria Estuardo tenia 44 años y los últimos 19 años de su vida los paso en la cárcel en el castillo de Fotheringhay.

Su largo reino (45 años) vio surgir y afirmarse no solamente el poder económico ingles, sino también una nueva vida del espirito.

La invocación de God save the Queen (Dios salva la Reina) se repetía con plena convicción por los súbditos de cada clase social y la sinceridad de su devoción no requería ulteriores pruebas. Pocas veces en la historia una reina había sabido conquistarse el cariño y la admiración de un pueblo, gracias a sus calidades personales y sin empujar con ningún tipo de fanatismo.

La joven Isabel conoció el horror de la segregación en las tétricas celdas de la Torre de Londres, el exilio forzado en los castillos, las acusaciones sin motivos de conspirar contra el Estado y muchas más persecuciones, incluidos los últimos momentos de terror que uno vive antes del  patíbulo.

Pero cuando Isabel subió al trono de Inglaterra, no quiso actuar con las venganzas, nunca paso de decepcionar el pueblo, ni se retiro después de haber tomado una decisión y supo esperar el momento oportuno para actuar o no actuar de ninguna manera. Dedico toda su vida a Inglaterra y nunca una nación tuvo una soberana tan devotamente sometida. Ella misma amaba definirse a menudo “la Reina Virgen” y no perdió ocasión para recordar a todos que había renunciado a las joyas del amor para pertenecer solo y exclusivamente a Inglaterra.

Sobre la justicia, justo ella que había tenido que defenderse de las injusticias, no se negó a aprender desde el mismo pueblo, también de la parte más hostil. 

A una escocesa muy joven, que había intentado asesinarla y que luego fue condenada a muerte, Isabel, al visitarla, probando piedad por la edad muy joven de la atentadora, le prometió la gracia si no hubiera reintentado el gesto loco. La joven muy orgullosa respondió que una gracia dejaba de ser gracia al imponer condiciones y que, en lugar de seguir viviendo bajo el peso de la piedad ajena, prefería afrentarse a la muerte de manera suave. Sorprendió y  turbó la soberana, que la hizo liberar inmediatamente sin alguna condición, porque "... nunca nadie me ha dado una lección parecida".

EL EVENTO ISABEL

En una Inglaterra con contrastes religiosos y profundas crisis económicas, sube al trono a la mitad del siglo XVI reina Isabel I, que con prudencia y equilibrio reino por 45 años en su país destacando una época.  Con la palabra "isabelino" hablamos de las formas más variadas de cultura. Un periodo de paz  en el cual la literatura, y la poesía en particular, iban floreciendo. Solamente seria suficiente mencionar Shakespeare para resumir de la forma más completa el progreso cultural artístico de la población anglosajona. "isabelino" es también el periodo que vio surgir y afirmarse el poder económico ingles. No hay que olvidar que fue intuición de Isabel la actividad comercial de Inglaterra; ella puso en marcha la futura potencia económica inglesa de manera legal, cuando empezó a subvencionar muchas compañías de mercantes de la City unidos en sociedad por acciones, y con ella siempre accionista, convirtiendo así Inglaterra en un Estado accionista. El “juego” comercial de Isabel favoreció el ingreso de grandes capitales hacia la Isla, pero no cerrados en las cajas del Estado, sino atentamente invertidos en otras actividades industriales privadas de forma exponencial.

Favoreció así las primeras industrias inglesas que elaboraban las materias primas importadas de las colonias de ultramar. Aunque en principio todo eso fue caótico y mal organizado, con el paso del tiempo, la idea dio sus frutos y se demostró infalible a la hora de poner Inglaterra en un piano de supremacía con respecto a otros países del mundo

7 DE SEPTIEMBRE DEL 1533. En la cama de Ana Bolena, en presencia de Enrique VIII, nace  Isabel. La delusión del Rey es grande, su deseo más grande era tener un hijo varón para consolidar la dinastía Tudor. Enrique ya tenía una mujer como descendente (Maria) y temía obviamente que la boda  pudiera entregar Inglaterra en manos de un soberano extranjero. Ana Bolena quedo igualmente decepcionada en cuanto esperaba que la llegada de  un hijo varón pudiera consolidar su precaria posición en la corte.

10 DE SEPTIEMBRE DEL 1533. Viene bautizada en la iglesia de los frailes grises y le viene asignado el nombre de las abuelas: Isabel de York y Isabel Howard .Pronto viene alejada de la madre que no sufre y enviada al palacio de Hatfield donde transcurrirá su infancia. Hay que destacar que su hermanastra Maria se convierte en su dama de honor en cuanto considerada ilegitima por el Rey, por el hecho de haber nacido del matrimonio nulo con Caterina de Aragón.

ENERO DEL 1536. Muere Caterina de Aragon y Ana Bolena tiene un hijo muerto: será su condena.

2 DE MAYO DEL 1536. Ana viene arrestada por adulterio y encerrada en la torre de Londres. Nunca se sabrá bien si se hizo justamente o no, pero Ana vendrá decapitada y enterrada sin honores el 19 de mayo. El día siguiente Enrique VIII se casará con  Jane Seymour.

1537. Nace el hermanastro Eduardo, y Isabel y Maria vuelven al palacio en cuanto el Rey he tenido un hijo varón.  A pesar de eso, en la corte vienen llamadas “reales bastardas”.

1543. Enrique VIII se casa con la sexta mujer, Caterina Parr, una viuda de treinta años. Isabel empieza a llevarse estupendamente con la nueva reina la cual la cubre de muchos regalos y

atenciones, y la orienta hacia los estudios eligiendo profesores de grande valor. Estudia griego,  latín, francés e italiano y eso, sucesivamente, le permitirá manejarse con gran astucia entre los varios diplomáticos europeo.

1547. a los 56 años muere Enrique VIII, enfermo de gota, dictando su voluntad:

1° descendente Eduardo, 2° Maria (si Eduardo no tendrá hijos) e 3° Isabel.

Isabel viene acogida en la casa de Caterina Parr y su nuevo marido Thomas Seymuor; entre los tres nace una especie de aventura amorosa que dura hasta el 1548 cuando Caterina, embarazada, rompe cada tipo de relación echando de casa a Isabel

30 DE JULIO DEL 1553. Después de la muerte de Eduardo, sube al trono Maria Tudor, la católica que promete justicia y tolerancia después del periodo caótico del reino eduardiano. Per sellar este propósito quiere a su lado Isabel (protestante) para su ingreso triunfal a Londres.

ENERO DEL 1554. Unos rebeldes protestantes preparan una conspiración para destituir a Maria y poner en su lugar a Isabel.

El 7 DE FEBRERO  la rebelión viene reprimida y los conspiradores arrestados y ajusticiados por Maria que ya se había vuelto loca. Los católicos buscan la complicidad de Isabel en el complot pero no tienen las pruebas. Solamente pueden ofrecer un testimonio chantajeada con la tórtola  a uno de los conspiradores principales (Wyatt)

18 DE MARZO DEL 1554. Isabel viene llevada a la torre y encarcelada y escribe una carta de clemencia a la hermana que nunca leerá.

19 DE MAYO DEL 1554. Isabel deja la torre pensando de ir al patíbulo mientras que viene llevada por la noche al castillo de Woodstock y encerrada en una tétrica y decadente construcción. Aquí puede dar un paseo al dia al aire libre y leer la Biblia, si quiere.

25 DE JULIO DEL 1554. Celebración de la boda entre Maria y Felipe II de España en la catedral de  Winchester.

20 DE ENERO DEL 1555 Maria vuelve a establecer la ley sobre las herejías, y se inauguran los tribunales de inquisición y empiezan a quemarse las primeras piras.

ENERO DEL 1558. Inglaterra pierde Calais por obra del duque de Guisa y el 6 de noviembre Maria, sin herederos tiene que proclamar Isabel como su herede al trono.

17 DE NOVIEMBRE DEL 1558. Muere Maria la "sanguinaria" odiada por todos, hasta por los que la consideraban una palatina del catolicísimo. Se le atribuye a ella la frase cuando estaba a  punto de morir "Si se abriera mi corazón tendría la palabra Calais esculpida dentro".

18 DE NOVIEMBRE DEL 1558. Isabel I recibe al anillo de Maria Tudor que comprueba su muerte. "Gloriana", como le gustará que la llamen, es la nueva reina de Inglaterra.

20 de noviembre del 1558. Isabel elige su consejero privado, y demuestra saber elegir con cautela. William Cecil, de 38 años hasta ahora simple cortesano, promete fidelidad delante de la reina. Gales, diplomático finísimo y hombre de acción  sin escrúpulos estará al lado de la soberana por muchos años solucionando muchos de las intrigas político-económicos de la Inglaterra de su tiempo.

28 de noviembre del 1558. La reina regresa oficialmente a Londres y se apodera de aquel castillo cuya torre, poco tiempo antes, la había acogido como prisionera.  La corte, la población, entusiastas dan la bienvenida a Isabel "La grande", "La salvadora"; los cañones disparan en honor de la reina, vestida de terciopelo rojo, tiene que pararse a menudo para saludar la gente que va hacia ella. Detrças de ella, encima de un caballo negro, está Robert Dudley del cual oiremos hablar más adelante.

14 de diciembre del 1558. En los funerales de la hermanastra Maria, Isabel, en un discurso en la corte, toma distancias de la intransigencia católica y no habla de la aplicación de su propia fe religiosa prefiriendo  la tolerancia.

Isabel se encuentra con muchos problemas para solucionar: la población está confundida, la justicia está ignorada, todo es caro, demasiados son las discrepancias interiores, está la guerra contra Francia…hay enemigos seguros y amigos pocos seguros “. Maria ha dejado un País descuartizado por rivalidades religiosas y problemas económicos. En las cajas del Tesoro no queda ni una libra y la inflación está por las nubes. Las cosechas en los últimos años han sido míseras, en los campos centenares de familias están pasando hambre. En toda Inglaterra no hay protestante que no llore sus muertos. La burguesía, enriquecida a expensas de la Iglesia después del cisma, aprieta el cinturón y en cada esquina de la ciudad, se pueden ver vagabundos y mendigos, no siempre tranquilos e inocuos. La criminalidad se extiende en la miseria.

Los problemas políticos son aún más graves: con la Francia hay una guerra, el aliado español no suscita fianza ni simpatía, y las pretensas de Maria Stuart, reina de Escocia y desde poco mujer de Francisco II, complican las relaciones con los escoceses, que presionan en los confines septentrionales. Sin embargo, Isabel es la esperanza. “Nos la manda Dios” dice el refrán de una canción popular.  

15 de enero del 1559.El día de la coronación. Los preparativos se realizan en el medio de euforia, los cientocincuentamiles habitantes de Londres- todavía un pueblo medieval, donde elegantes palacios e iglesias imponentes están cerca de sucias chabolas de madera- no piden nada más que alejarse de los recuerdos y celebrar una fiesta. Las fachadas de las casas se decoran con preciosos paños de seda, en cada ventana se cuelgan enseñas y banderas. Los patíbulos vienen mimetizados con plantas y flores.

El sábado por la mañana nieva. Solamente a las dos de la tarde, después de un largo esperar, los londinenses apiñados alrededor de las murallas de la Torre finalmente ven bajar el puente levadizo. Sale impetuosa la caballería real y en aquella luz iridiscente los colores de las uniformes parecen más fuertes, las armas brillan como plata. Suenan las campanas de Londres, y las trombas también. Detrás de la caballería siguen los tamboriles, los heraldos, los escuderos, miles de hidalgos a caballo y en fin desfilan los exponentes de las familias más antiguas de Inglaterra. Mira Isabel, vestida de brocado de oro, cerrado en el cuello por un vistoso collar plisado encima del cual destaca la cara afinada y sonriente. La suya no es una carroza sino una clase de litera, con un baldaquino y tirada por dos mulas. Para el pueblo que se concentra detrás de las barreras de madera cubiertos por tapices esta se como la aparición de una diosa. Desfilan al lado de la soberana, hombres en damasco carmesí con un hacha de doble filo. Justo después de la carroza real tan deslumbrante, llega el maravilloso Dudley que tira el caballo de la reina.

La procesión termina en Westmister Hall donde tiene lugar la ceremonia larga y elaborada según el ritual medieval.

Después de haberse quitado los vestidos de la coronación, Isabel se presenta en la sala de los banquetes donde la esperan doscientos personas con otros servidores, alguien comenta: “Parece que hemos vueltos a los bonitos viejos tiempos del rey Enrique”.

17 de enero del 1559 Primera sesión del Parlamento para sanar la situación religiosa. Isabel demuestra una substancial frialdad delante de la religión, su fe es la de razón de Estado. En realidad Isabel es una agnóstica. Eso protegerá el País de la intolerancia y salvará vidas humanas en una época en la cual, en cualquier sitio en Europa las religiones son más letales de las guerras.

El parlamento, entonces, se encuentra a debatir sobre un tema urgente y sanciona dos medidas preventivas que, el uno en consecuencia del otro, tendrá que aportar de nuevo la paz. Ambas vienen sugeridas por Cecil y votados el primero sin oposiciones, el segundo con un poco más de dificultad. Con el Acta de Supremacía la reina asume el titulo, si no de “supremo jefe de la Iglesia”, de “suprema gobernanta”: una diferencia puramente formal pero si suficiente para atenuar la resistencia de los católicos que atribuyen solamente al Pontífice la califica de jefe supremo. Al mismo tiempo, sin embargo, el titulo compromete clero y laicos a no reconocer en tema de religión autoridad superior a la de su Majestad. Con el Acta de la Uniformidad, por otro lado, se impone un libro común de plegarias, estableciendo así para todos los súbditos los mismos rituales y obligaciones religiosas.  Eliminando el latín, las ceremonias vienen admitidas solamente en ingles para todos puedan entender el significado de las plegarias. La presencia en la Iglesia es obligatoria cada domingo: a quien transgredirá la orden vendrá multado de 12 monedas. A parte estas disposiciones formales, los católicos vienen turbados más por los contenidos del Acta, sobre todo en lo que se refiere a la real presencia divina en la comunión, o bien los mismos protestantes están decepcionados en cuanto quisieran más rigor. Nueve arzobispos votan en contra, pero el Acta viene aprobada igualmente por mayoría de tres votos.

Justo después, otro problema viene debatido: el matrimonio de Isabel. La urgencia de la solicitud por parte del parlamento, reconfirma la indomable desconfianza del sexo en el poder de las mujeres. El gobernar es cosa de hombres: este prejuicio toca también la “grande”; además, se teme que, en caso de que la reina no tenga un herede, pueda subir al trono Maria Estuardo con evidentes consecuencias para los protestantes.

Se empiezan a filtrar las primeras indiscreciones sobre la soberana, sobre su fertilidad, alguien insinúa que es estéril y no podrá tener hijos; estos cotilleos, difundidos por las lavanderas que desde la lencería intima de la reina notan escasas menstruaciones reales, vienen confirmados también por el medico. Para compensar esta deficiencia, la reina se somete a frecuentes sangrías, las terapias típicas de la época. Además viene considerado un obstáculo para eventuales bodas, la relación más que amistosa entre la reina y Robert Dudley que había conocido en la torre de Londres durante su cautiverio, en cuanto, Robert, se encontraba en la misma situación. El guapo Robert se convirtió entonces en el favorecido de la reina pero no podrá ser considerado un posible soberano por que ya está casado desde el 1550.

La intimidad con la reina viene notada el 1 de abril del 1559: el embajador español no presta demasiado respeto y escribe: “La reina visita a Lord Robert en su habitación de día y de noche”. Y también: “La gente cotillea y hasta dice que, como su mujer tiene una enfermedad al pecho, la reina solamente espera que muera para casarse con él”.

10 de julio del 1559. Muere el rey de Francia, Enrique II, y sube al trono Francisco II el Delfín quinceañero, marido de la Estuardo.  Isabel, entonces, se encuentra delante de este jovencito poderoso y protegido con el cual franceses y escoceses podrían aliarse en su contra: en Francia el poder ya está en las manos del cardinal de Lorena y del duque de Guisa, cuya hermana Maria es la regenta en Escocia. Y también el Papa, con todas las fuerzas católicas europeas, no dudaría un solo instante en apoyar la Estuardo en caso de conflicto entre las dos reinas.  Encomienda el problema a  Cecil que lo soluciona, según su voluntad, con el método del doble juego. Por una parte ayuda, por la otra se niega. Por una parte la reina condena a palabras las acciones de los rebeldes en Escocia, por la otra envía armas y dinero. Los encuentros con los embajadores escoceses y franceses son un castillo de mentiras: una vez proclamada la solidaridad hacia la reina de Escocia, censura la rebelión protestante en curso, le provoca cada vez más sorpresa, dolor, reprobación, promete que pondrá en marcha indagaciones, negándose a apoyar unos rebeldes y entretanto, actúa contracorriente. Más

adelante un encargado de Cecil lleva secretamente armas a la Congregación. “En Isabel” , escribe un diplomático “ hay más deslealtad que honestad”.

6 de julio del 1560. Los ingleses prohíben cualquier tipo de intervención francesa en las tierras escocesas, impidiendo que las naves de Enrique, llenas de armas y municiones, lleguen a destino, la regenta de Escocia, Maria de Guisa se encuentra agonizante y Escocia sufre luchas internas: llega Isabel y entra en guerra contra Escocia. El 6 de julio es la fecha del tratado de Edimburgo, redactado hábilmente por Cecil para negociar la paz. Según este acuerdo, Francisco II y Maria tienen que renunciar a cada pretensión hacia el trono ingles y tienen que retirar sus soldados de Escocia. Sin embargo, Maria Estuardo nunca ratificará este acuerdo.

Septiembre del 1560. La mujer de Dudley viene encontrada muerta, con el cuello partido, al final de las escaleras de su casa en Cumnor, cerca de Oxford. Nadie se puede creer que esta desgraciada y joven mujer, muy enferma, haya querido quitarse la vida.

Alguien insinúa que Robert le proporcionara diariamente veneno durante la cena empeorando sus condiciones de salud.

Viene puesta en marcha una investigación judicial y para no exasperar los ánimos, aunque convencida de la inocencia de su favorecido, Isabel ordena a Dudley de marcharse de la corte hasta cuando no se habrá aclarado la causa de la desgracia. No puede evitar, sin embargo, que el escándalo se difunda. En Paris, Maria Estuardo exclama: " Ahora la reina de Inglaterra se casará. Su caballero ha matado la mujer para dejarle el sitio”. En Inglaterra se escuchan voces aún más infamantes: aunque nadie se atreve a decirlo en voz alta, se insinúa que la misma reina haya animado el homicidio.

El resultado de la investigación es “Se asegura que Amy Robsart ha muerto por un accidente cayendo por las escaleras."

Libre de sospechas, Dudley vuelve a la corte unas semanas después de los funerales de la mujer, pero nadie está convencido de su inocencia. Ahora, con la muerte de Amy, Isabel no podrá casarse nunca con Robert, en cuanto el hecho de que la reina se case con un hombre sospechos de homicidio, suscita disgusto y preocupación.

1 de marzo del 1562. En Francia los seguidores del duque de Guisa masacran a Wassy una congregación de hugonotes despertando de nuevo la guerra religiosa. Isabel no puede quedarse indiferente y manda uno de sus ejércitos en ayuda de los protestantes franceses (entretanto estaba programado un encuentro con Maria Estuardo, que pero nunca tendrá lugar). Inicialmente los ingleses ocupan el puerto de Le Havre con facilidad, el 25 de marzo viene asesinado el duque de Guisa y luego la peste mata el entero ejercito y cambia por completo las suertes de la guerra. La enfermedad vacía Londres e, ironía de la suerte, llega la viruela, que afectará la misma reina. Finalmente los ingleses pierden Le Havre y cuentan más de 3000 muertos.

Entretanto continúan las tratativas diplomáticas para que las reinas de Escocia e Inglaterra puedan casarse, Isabel logra atraer la atención de los súbditos hacia la boda de la prima Maria, vetando cada tipo de oferta matrimonial que esté en contra de los intereses de Inglaterra (entre los pretendientes están Don Carlos, hijo de Felipe II y  Carlos IX de Francia.

Isabel invita a la corte el consejero escocés Maitland para proponer un candidato suyo y, entre el estupor general, sale el nombre de Robert Dudley que entretanto ha sido nombrado conde de Leicester.

Las relaciones entre Maria y Isabel empeoran, Maria se siente ofendida por la oferta (casarse con un súbdito de Isabel) y contesta diciendo que antes de hacerlo, se casaría con don Carlos conocido en toda Europa como un demente. En fin, contra la voluntad de Isabel, Maria se casa con el joven  Lord Durnley, un matrimonio de amor….del cual se arrepentirá pronto.

19 de junio del 1566 Maria da a la luz un hijo varón, se llama James y se convertirá en Jacobo I de Inglaterra, el sucesor de Isabel. En Londres la reina se muere de rabia y envidia: ya Maria se era considerada más alta y más guapa, además se añade lo del hijo. De todas maneras acepta hacer de madrina del pequeño Jacobo y envía a Escocia una fuente bautismal de oro y de plata. Después del rechazo por parte de Catalina de Médici de unirse al hijo de 17 años, después del nacimiento de James, la reina esta segura de haber solucionado sus problemas matrimoniales, pero el parlamento ahora quiere una respuesta definitiva recordándole que tres años antes, al recibir los fondos requeridos, la soberana tenia el permiso de casarse: ahora aquellos fondos han desaparecido, viene solicitados otros, y ella se encuentra aún soltera, por lo cual – nada de boda, nada de dinero-. La respuesta es feroz: no es papel de los súbditos forzarla a hacer algo y tampoco adelantar los momentos afligiéndola para que nombre un heredero. Lo del matrimonio, es un asunto suyo, nada que ver con asuntos políticos. Aún mas fuerte es el trato con el primo, el duque de Norfolk, culpable de haberla " reprochada " por no haber aceptado ideas ajenas. Isabel, que ya está harta de oír hablar sobre maridos e hijos, lo insulta pesadamente hasta amenazándole de arrestarlo. Los otros lord, que están alrededor de Norfolk e intentan defenderlo asumiéndose su parte de responsabilidad, reciben su buena dosis de bronca y vienen tratados como idiotas. Hasta Leicester viene insultado, ya aliado del ex favorecido, Isabel admite que había esperado que por lo menos él estuviera de su parte. Leicester, con énfasis, se pone de rodillas y exclama está listo para morirse a sus pies. “Esto no tiene nada que ver” lo interrumpe fríamente Isabel.

Ya la reina está preparada para exhibir todo su histrionismo. En la cámara de los lord es insolente, suplicante, dolida, airado, persuasiva, tranquilizadora. Su discurso deja en cada uno una esperanza

diferente y todos piensan que actuara a su manera. “Tal vez no he nacido en este reino? No es este mi reino? Quién entonces he oprimido? Y quién he enriquecido a expensas de otros? Qué he hecho yo de tan malo para que se me sospeche de no tener en consideración el interés común? Cómo he gobernado desde el principio?...No necesito muchas palabras, los hecho hablan por mi “. Sobre el matrimonio y la sucesión repite las frases de siempre: que se casará solo y cuando estará segura de poder tener hijos, sino se quedará soltera. Y si llegará el momento (y un montón de palabrotas). Cecil, al transmitir este discurso a la cámara de los Comunes, tendrá que hacer al menos tres copias antes de considerarlo limpio de las imprecaciones con las cuales ella lo decora. No conviene esasperar el parlamento en cuanto se le solicita una contribucion financiera, sin embargo Cecil no puede evitar que la reina sigua negandose a la hora de discutir sobre el matrimonio. Isabel logra finalmente reconciliarse con el parlamento reduciendo de dos tercios las contribuciones solicitidadas, y ya no se volverá a hablar del matrimonio por mucho tiempo.

16 de mayo del 1568. Maria Estuardo, después de varias vicisitudes matrimoniales, después de haber perdido el trono y haber sido encarcelada, huye y llega a Workington, en la costa ingles; al ultimo instante se lo habia repensado pero ya era demasiado tarde y escribe a Isabel “Usted es mi unica esperanza”. Isabel responde, llevandola al castillo de Bolton, que no podrá recibirla hasta que no vendrán clarificados los hechos sobre el asesinado de Darnley (del cual es considerada cómplice). Maria está infurecida.

Para los ingleses Maria es una mentirosa que proclama su inocencia pero no tiene pruebas, que pide ayuda a Isabel y luego pide al parlamento el derecho de sucederle. Se decide abrir una investigacion judicial presidida en York por el duque de Norfolk y el conde de Sussex; el encuentro con la reina es fatal para el duque que se enamora de ella. Cecil hace trasladar la investigacion a Westminster y él se convierte en el comisario para poder llegar cuanto antes al final, pero no se llega a nada. Maria viene tratada en Inglaterra como “huesped”.

Verano del 1569. Isabel, que a menudo ironizaba sobre la idea de un matrimonio entre el duque y Maria, ahora está seriamente preocupada a causa de voces sobre un complot en su contra. El mismo Leicester la informa después de que alguien habia intentado involucrarle. A pesar de un reproche por parte de la reina, el duque de Norfolk llama al duque de Alba, gobernador español en los Paises Bajos, invitandole a intervenir en caso en que la conjura se convierta en rebelión. Isabel, a su pesar,  tiene que encerrar al duque (primer par de Inglaterra y unico duque) en la torre de Londres; aqui no termina en cuanto en el Norte, Northumberland ha tomado las armas con sus catolicos formando un pequeño ejercito y empieza la rebelion, que, sin el apoyo del duque de Alba, no logra tener exito y viene reprimida con grande crueldad.

Abril del 1570. El Papa PioV lanza su excomunión contra Isabel negandole hasta el derecho de reinar. Publicada el dia de la victoria de Hunsdon contra Leonard Dacre, la bula "Regnans in Excelsis" denuncia más el rencor de un enemigo derrotado más que la indignacion de un pontificie. Franceses y españoles prefieren ignorarla. Los ingleses la conocen solamente cuando viene colgada una copia en la puerta del arzobispo de Londres. Qué leen? Leen, en substancia, que Isabel protege los heréticos y ha reducido el reino a un cúmulo de ruinas justo cuando los catolicos empezaban a tener buenos frutos. Leen que ha abolido la misa, las plegarias, los ayunos y las practicas catolicas, difundiendo la herejía por el reino y echando el clero de las iglesias y de las escuelas. Y sobretodo leen que el Papa la declara privada de cada tipo de privilegio en cuanto usurpadora de la corona.

Es una insolencia a la cual los catolicos se sienten completamente de acuerdo. Después de la victoria de Hunsdon van cabizbajos y no tienen ganas de seguir rebelandose. El efecto entonces, es contrario al deseado, la reaccion de Inglaterra protestante contra la bolla papal es inmediata. El reino está invadido por escritos que exaltan el anglicanesimo y el parlamento endurece su actitud contra los catolicos.

1571. En este clima, empieza a tomar forma un nuevo complot contra la reina que de nuevo ve involucrados el duque de Norfolk y Maria. El motor de la conspiración es un audaz Roberto Ridolfi (banquero florentino?) al servicio de otro audaz pontificie que confia totalmente en él para restaurar el catolicismo en Inglaterra; Ridolfi anima al duque prometiendo ayudas por los nobles ingleses y por el duque de Alba, pero, mientras y sus documentos subversivos, hacia el duque y Maria, caen desafortundamente en las manos de las espias de Cecil (que entretanto viene nombrado baron de Burghley): la condena para los conspiradores es implacable.

El embajador español, implicado en la conjura, recibe la injuncion de abandonar inmediatamente el reino: contra el enviado de un Pais extranjero no se puede ni se quiere hacer nada más. El arzobispo de Ross, indagado, arrastra en la tomenta muchos gentilhombres. Sin embargo, el peón más importante es Norfolk. Hay muchas pruebas contra él. De vuelta a la torre, el duque no podrá volver a contar con la clemencia de Isabel. En enero del 1572, en Westminster, una corte de pares lo juzga culpable y lo condena. Isabel titubea antes de firmar el acta de ejecucion,  Norfolk es su pariente, el primer gentilhombre del reino. Por dos veces retira su firma: no sabe decidirse y espera que se le ofrezca una solucion, que no hay.

 28 de mayo del 1572. El parlamento pide que el duque pague por su propia traición y que, junto con su cabeza, caiga también la de la Estuardo.  Isabel no puede no aceptar y opta por la cabeza del duque para salvar la de la prima; el 2 de junio, el duque de Norfolk viene decapitado.

23 de agosto del 1572. La noche de San Bartolomeo en Francia crea grandes problemas a Isabel que desde poco tiempo habia pactado una alianza con Catalina de Médici atraves del tratado de Blois; la

reina pide explicaciones y se demuestra indignada (más para complacer sus subditos que por horror personal), pero no se tienen ropturas diplomaticas. Desde luego empeora la situación de Maria, que, después de la acusacion de conspiración se siente oprimida también por esta masacre en cuanto los responsables son sus parientes, los Guisa.

Noviembre del 1577. La reina no quiere exponerse con costosas expediciones extracontinentales, la piratería y el comercio de esclavos ofrecen mucho más con muchos menos riesgos. Entre los protagonistas de tales empresas está Francis Drake, un pirata que que ha sido pirata durante toda su vida. Ha exordido al servicio de Hawkins, del cual tal vez es sobrino, en los tiempos en que éste se iba enriqueciendo con el comercio de los esclavos, y del maestro ha aprendido a aprovecharse de las debilidades de los potentes. Sabe utilizar espada, timón y baston de mando. Es un individuo vulgar,  terco y de grande crueldad, inteligente y listo: el tipo de hombre con el cual Isabel se puede entender bien.  Sus empresas son autenticas leyendas. Cuando la flota de Drake sale con el claro objetivo de hacer la gira del mundo para descubrir un hipotetico continente, ningun ingles se lo cree. La mision que la reina le ha asignado, finaciada junto con otros “socios”, no tiene que repetir la empresa de Magellano sino en los solitos abordajes que proporcionen tesoros a Isabel.

La flota que sale de Plymouth está formada por cinco naves. La nave en la cual viaja Drake, será la unica a superar un viaje lleno de dramas, pero tan provechoso que hará olvidar la perdida de hombres y embarcaciones. Drake, al volver a su pais, viene considerado un gran héroe nacional. Isabel está encantada con el botín que la " Golden Hind " le ha traido. Hay que gozar mucho delante de los cofres llenos de piedras preciosas, de oro, de plata, de perlas de valor incalculable. Es robo, atracos por los mares, pero no afecta la dignidad. La reina agradece el pirata con el titulo de Sir Fracis Drake. Nadie ha sabido nunca a cuanto amontaba aquel botin, que compartio con Drake.

1578. La reina Isabel , abandonado temporalmente Leicester a su propio destino (deja embarazada un de las damas de la reina y luego se casa con Lettice Knollys, su antiguo amor), exhuma veleidades matrimoniales aceptando la corte del duque de Alencon, tercer hojo de Catalina de Médici; Isabel lo invita a corte y se queda enganchada con él a tal punto que empieza a probar para él un tierno cariño (lo llamará “ Ranita”) pero para el parlamento ingles nunca dará el permiso para el matrimonio a causa de las pretensiones catolicas del duque. Caterina entiende la situación y llama a corte su hijo para encontrarle una sistemacion adecuada, el cariño entre ranita y Isabel continua a traves de mensajes pero el 10 de junio del 1584 el duque muere de fiebre.

Verano del 1584. Viene asesinado el principe de Orange. Vuelve a aparecer la incomoda presencia de Maria en el terreno ingles.

El secretario de estado Walsingham ha encontrado unas cartas comprometedoras, probablemente escritas por Maria, se habla de otro complot aunque su posición seria marginal.

Entretanto el pueblo teme un regreso al catolicismo y presiona la reina pidiendole proteccion: con la intervención de Cecil promulgados dos actos en que "Se condena a muerte cualquier persona que ponga en peligro la vida de la reina aunque fuera de forma tan solo indirecta" (claramente contra Maria) , "dentro de 40 dias todos los seminaristas, jesuitas y curas catolicos tendrán que abandonar el territorio ingles".

17 de julio del 1586. Walsingham logra atrapar a Maria con astucia, en la conjura de Babington, tiene en su mano una carta autografa de la Estuardo que será su condena. El 8 de octubre se inaugura el obvio proceso y el 4 de diciembre viene publicada la condena.

1 de febrero del 1587. Isabel pide que le traigan la orden de ejecucion. La lee rapidamente, lo firma y la dejar caer al suelo; “Estaba dolida, pero era necesario” se dice de ella. El 7 de febrero la cabeza de Maria cae debajo de la hoja del Verdugo después de 18 años de cautiverio ingles.

Abril 1587. España percibe la presion por parte de los paises europeos que quieren defender sus traficos en el nuevo mundo delante de las incursiones piratescas ingleses. Felipe II empieza a preparar la "armada invencible" pero Isabel encarga Drake de construir su propia flota. Sir Francis la previene y sale para Cadiz con pocas naves para destruir en el puerto las bellisimas galeras Españolas, retrasando de un año la ultimación de la armana.

9 de abril del 1588. La Armada Invincible está lista, la victoria es segura, “Dios está con España”. Zarpan 130 naves con 30.000 hombres, de los cuales solamente un tercio son verdaderos marineros. Después de unas pocas millas, la flota tiene que pararse en La Coruña por falta de viveres a causa de una tempestad que ha dañado unas naves; se vuelve a salir el 12 de julio.

Si las premisas de las expedición española son estas, la situacion en Inglaterra no es mejor, en cuanto a la jactancia de Hawkins y Drake se contraponen las ansias de Isabel: España es todavía la mayor potencia europea y, si solo quisiera, podria comerse Inglaterra. El plan de los españoles preve una invasión tenaza: en los Paises Bajos, Alessandro Farnese, duque de Parma, embarquerá en enormes balsas treintamil soldados que invaderan Inglaterra; la Armada, con otros treintamil hombres, protegerá y apoyará el ataque escoltando la pequeña flota de Farnese por el mar del Norte hasta las riberas orientales de la isla donde está previsto el desembarque. Un plan bien pensado pero demasiado optimista en cuanto no tiene en cuenta las defensas inglesas a lo largo del canal de la Mancha y tampoco las naves de concentradas sobretodo en Plymouth. Isabel espera poder concluir rapidamente este odioso asunto sin graves perdidas para nadie. La flota, formada por treintacuatro naves construidad por voluntad de Hawkins y por cientocincuenta naves mercantiles, le cuesta mucho dinero cada dia y por eso va presionando a Howard, Drake y Hawkins para que el conflicto no dure más de seis semanas. En julio los españoles vienen avistados, en Cornualla, a poca distancia de Plymouth. Es cuestión de breves momentos. Nadie se espera este ataque repentino que podria

repetir la maniobra de Drake en Cadiz y destruir la flota inglesa. El tiempo es pesimo y la suerte apoya a Isabel.

Una tempestad daña uno de los principales galeones españoles, el " Sant Ana ", y otras naves: la desorientacion y el retraso permiten a los ingleses de reaccionar y, durante la noche, de marcharse para dejarse detrás naves enemigas. Para los ingleses los peor ya ha pasado. La distancia ya viene recuperada y el viento, que sopla de oeste, favorece la ruta. Los ingleses están mejor armados y tienen naves ligeras y rapidas. La maniobra sotovento ha substituido a la batalla una persecución que impedirá a la Armada de volver a juntarse con las fuerzas del duque de Parma. El 27 de julio  Medina Sidonia logra llevar la flota hasta Calais pero el ejercito del duque no se puede transportar, las balsas son pocas, las naves que transportan los vieveres tienen los arboles rotos, las cosas empeoran. Otras naves vienen derrotadas, otras destruidas por una tempestad mientras van hacia el norte, unos pueden llegar a las costas irlandesas: de las 130 naves españolas, solo 50 se salvarán, de los 30.000 hombres, solamente un tercio.

8 de agosto del 1588. La armada invincible esta huyendo, la reina llega a Tilbury, en el estuario del Tamigi donde se encuentra la mayor parte del ejército. Con la coraza y yelmo encima de su  blanco semental parece la reina de las amazonas. Al lado está Leicester, pasa revista a los soldados hablando con ellos de forma familiar y con palabras de gratitud.

20 de agosto del 1588. La reina participa en San Pablo a una ceremonia de agradecimiento por la victoria, tiene 55 años y desde gobierne desde hace 30, sin embargo todavia se encuentra fuerte. A su alrededor los fieles enviejecen, Walsingham está enfermo (morirá en 1590), Leicester gordo y alcoholizado muere por una fiebre repentina. Isabel llora desesperada la muerte de su favorecido que no podrá estar a su lado nunca más para adularla y consolarla en los momentos dificiles. La reina no cambia nunca y está destinada a enamorarse otra vez; el favorecido es un cierto Walter Raleigh, de 35 años, capitán de las guardias con un pasado glorios de combatiente y pirata. Es un hombre atractivo, simpatico y ambicioso, que conquista Isabel con sus poesias adulatorias (la reina de nuevo, como con los otros, le apoda con "Water"). La suerte de Raleigh es sin embargo fugaz y su puesto de favorecido pronto viene tomado por Robert Devereux conde de Essex e hijastro de Leicester (apodado a su vez como "Robin", "petirrojo") con el cual ama bailar,  ir a caballo, jugar a las cartas y al ajedrez. Robert, impetuoso esaspera su posicion y fastidia a Isabel con un asunto poco adecuado: el dinero. Como tiene deudas, piensa que la reina lo puede pagar todo, pero se equivoca; los deudores le presionan y Robert tiene entonces que embarcarse con Drake para la expedición de Playmouth.

Abril del 1589. Después de la desafortunada expedición de Playmouth la reina abandona sus veleidades de guerra y disfruta del regreso indemne del amado “petirrojo” a daño de Releigh que, habiendose aprovechado de la situación, viene acantonado por la segunda y definitiva vez; saldrá para Irlanda.

Julio del 1589. Muere en Francia Enrique III , asesinado por un fraile, y sube al trono Enrique de Navarra (hugonote) con el nombre de Enrique IV y las bendición de Isabel.Entretanto en su reino empieza de nuevo la persecución contra los catolicos y sobretodo contra los jesuitas intolerantes. Protagonista negativo de esta historia es Richard Topcliffe que con torturas y varias maldades echa los curas sin tregua.

Isabel no quiere sentirse culpable por estas muertes y, al convocar el consejo, ordena la suspensión de estas atrocidades gritando “No quiero más!!!”.

Enero del 1593. Robert entra en el consejo y Lord Burghley deja el trabajo de secretario al emprendedor Robert Cecil de recien regreso de los estudios en el extranjero.

1595 La guerra contra los españoles continúa y ha llegado la hora del desquite: cuatro galeones se dirigen hacia la costa de la Cornualla queman el puerto de Penzance, atracan lo poco que se puede atracar, y se marchan. Se trata solamente de una advertencia, pero es suficiente para que los ingleses se espanten y Isabel se de cuenta que, a pesar de todo, las costas no son inviolables. Rapidamente Drake y Hawkins zarpan para una de sus expediciones punitivas, que esta vez se concluirá tragicamente para los dos, y la reina vuelve a considerar la posibilidad de reprocharles. La cosecha es misera y una crisis economica sin precedentes está a punto de estallar, hay que rearmarse y protegerse de una España cada vez más enfurecida.

Marzo del 1596. Los preparativos acaban de empezar cuando unas naves españolas, procedientes de los Paises Bajos, bloquean el puerto de Calais y asedian la ciudad. Es como tener los enemigos en casa. Essex se prcipita a Dover para atravesar el Canal, sabe que es cuestión de horas: si se quiere salvar Calais, dice, hay que moverse ya. Sin embargo, Isabel no resiste a la tentación de regatear con Enrique IV esta operación y propone ayudar al aliado frances a condición de empoderarse luego de la misma Calais, antigua avanzada perdida por Maria. Enrique IV, de hecho, prefiere que se queden los españoles en Calais. La respuesta que da a los ingleses es un gesto de burla “Mejor el mordisco de un perro que el rasguño de una gata" o mejor dicho, mejor Felipe que Isabel.

Aunque esté furibunda, la reina piensa que, aún así, vale la pena molestarse por Calais: Essex obtiene el visto bueno para atraversar el Canal y afrentarse a los españoles pero, al último momento, vuelve a pensarlo bien y abandona el campo y los franceses. Calais está perdida para siempre.

3 de junio del 1596. La mejor defensa es el ataque y la reina responde asaltando a los españoles en su propia casa.; al mando de Essex y del redivivo Raleigh, ochenta naves ingleses asaltan la ciudad de Cadiz que cae en pocas horas sin venir depredada ni quemada; Essex y "Water" -a parte el comportamiento ejemplar- no se dan cuenta de unas naves llenas de tesoros que han llegado a poca

distancia, que pero vienen quemadas por los mismos españoles. Isabel está enfurecida por las perdidas economicas de la expedición pero su fama se difunde por todo el continente (en Roma el papa dice “que mujer tan grande seria si además fuese catolica”.

4 de agosto del 1598. A los 68 años muere Burghley hombre incorruptible y genial que por más de 40 años ha sido el alma de la reina y por eso de la misma Inglaterra. A distancia de pocos meses morirá el grande rival Felipe II, Isabel se queda cada vez más sola y su vanidad no aguanta el hecho de enviejecer.

Febrero del 1601 Essex, después de las desafortunadas vicisitudes para calmar las rebeliones en Irlanda, cae en desgracia delante de la misma reina y pierde la cabeza. Quiere salvar su honor y recibe consejos de las personas equivocadas que lo azuzan contra la corona con el tentativo de dar una lección a la reina; sin embargo la apuesta es muy alta y talvez Essex no lo sabe: una conspiración a daño de Isabel con tanto di regicidio. El día 8 del mes de organiza la formación de 300 armados que luego viene descubierta por los informadores de Cecil, Robert viene encerrado en la torre y procesado.El 25 de febrero vendrá decapitado y Isabel comentará con frialdad: “Estupido, ingrato, ha jugado y ha perdido, habia faltado el respeto a la mujer, ya se lo habia dicho de no golpearme como reina. En algunos casos hay que dejar de lado los sentimientos y adoptar soluciones extremas”. De todas maneras, será irrecuperable el vacio que le dejará Robert.

Marzo del 1603. Las condiciones de salud de Isabel empeoran, aumenta la fiebre y los dolores del pecho, se da cuenta que finalmente está cerca pero “Gloriana” no tiene miedo de morir y tampoco tiene intención de pronunciar el nombre de su sucesor: la decisión será de Dios y ella será reina hasta el final. El 25 de marzo muere en el sueño y justo después por la mañana muchos cabalgan hacia el norte para avisar a Jacobo de Escocia el nuevo Rey. Muere entonces la primera reina protestante de Inglaterra, la mujer que ha llevado con devoción y astucia su patria a las puertas del siglo XVII del cual será una de las protagonistas; tal vez, con ella, termina una epoca.

Se agradecen los numerosos historiadores por la óptima web de Cronologia.it y la revista Historia Ilustrada.

 

 

 

 

 

 

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